Como dice el escritor mexicano Jorge Volpi, yo cada vez me siento más incómoda con la palabrita que teórica y difusamente nos define como OCCIDENTE. Este concepto lo habíamos mamado como democracia, libertad de raza, de culto, de todo, hasta sexual en el mejor de los sentidos. Los derechos humanos, etc....ya saben. Pero parece que los no-occidentales no bajaron sólo las Torres Gemelas aquél trágico 11 de septiembre, sino que también demolieron esas convicciones de la Revolución Francesa y norteamericana. El burdo pretexto de extender la democracia invadiendo Irak y Afganistán, era eso: un burdo pretexto ya que no se logró más que derramamientos de sangre y ponerlos peor de lo que ya estaban. Pero cuando la propia juventud árabe decide rebelarse contra los tiranos, los vacilantes dirigentes occidentales reaccionan con tibias declaraciones y piden sanciones con la boca pequeña.
A Jorge Volpi le parece (y a mí también) que esos jóvenes que arriesgan sus vidas (sobre todo en Libia) representan mejor "nuestros valores" que nuestros "izquierdos y derechos" porque da igual unos que otros.
Lo que pasa es que esos dictadores prometían mantener a raya a los islamistas y colaborar contra el terrorismo (de paso machacando a sus opositores). Ni siquiera Obama hace nada porque está acorralado por los intereses políticos y comerciales de los que lo rodean (Libia y su petróleo, el canal de Suez, las oleadas de inmigrantes) como Gorbachov en su momento. OCCIDENTE TIENE MIEDO Y ESTÁ PARALIZADO, en vez de darle cabida al islamismo moderado (como en Turquía).
Termina Jorge Volpi diciendo: LO MEJOR DE OCCIDENTE ESTÁ EN ORIENTE PRÓXIMO.
Tristes los valores que no nos representan más. Los sindicatos ya sólo miran por los empleados de grandes empresas, los políticos no son vocacionales, son puro interés económico y robo, los ciudadanos se escondieron en sus casas esgrimiendo sus hipotecas y trabajos y con el culo sucio pues ya no se puede luchar como hacen otras personas en otros lugares...
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