viernes, 29 de abril de 2011

LA MATERNOPATERNIDAD

Recién llego del trabajo, así que no esperen que esté muy lúcida. Toda la lucidez ya la usé para captar pacientes porque lo que les tengo que hacer ya lo sé de sobra. Otra cosa es que ellos crean lo mismo y en eso consiste el tema. Pero yo quería hablar de otra cosa, que es lo que estamos discutiendo amablemente con otros componenetes del blog. Yo creo, a estas alturas en que ya soy abuela, que el tema de tener hijos
es, en la moyoría de los casos, una pulsión biológica adornada con todo un aporte cultural. Estoy generalizando mucho, ya que en otras sociedades humanas la mujer no elige. Simplemente SE QUEDA embarazada y no sabe como evitarlo. Pero en mi entorno la mujer puede elegir, AHORA. Antes tampoco. Y cuando puede elegir resulta que muchas veces elige no tener hijos. ¿Por qué? Las jóvenes me cuentan diversos motivos: la sociedad actual es un asco y peligrosa, hay demasiada gente en el mundo, se complica la vida muchísimo, hay que ser millonaria, no confío en la pareja y sola es demasiada responsabilidad, qué hacer con la vida laboral ¿cómo conciliarlas?.......y un largo etcétera. Y todo es verdad. Es un hecho demostrado que cuando la sociedad protege las mujeres se animan más (países nórdicos). Me viene inmediatamente al recuerdo una frase que dijo Juan Giani (el famoso, si): LOS HIJOS SE EMPIEZAN A EDUCAR CUANDO SE ELIGE A LA PAREJA. 
Me parece tremendamente CIERTO. Y quizás este sea un buen motivo para explicar esa decisión masiva en varios países desarrollados: hay un desencuentro entre hombre y mujer, sin duda. Los roles cambiaron, etc, etc. Bueno, ya me cansé de decir lo que todo el mundo sabe. Ahora diré lo que yo SIENTO al respecto: yo tuve a mis hijos con cariño y deseos porque tenía esa sensación de NIDO estando con ellos, y ni siquiera me planteé no tenerlos. Tenía esa idea dulce de la maternidad, que, naturalmente, mis hijos me la bajaron de un plumazo. Y del marido mejor no hablar. Allí no seguí el consejo de la máxima de Juan (ni él tampoco, je, je, se enteró tarde). En fin, que lo del hogar en armonía es un mito porque no depende de tener o no tener hijos Yo lo único que sé es que con mis hijos he recorrido 4 vidas: la mía y la de ellos. Digamos que es una vida multiplicada: más angustia, unas veces (muchas), más alegrías otras veces, más sorpresas, más cariño (se aprende mucho) y menos tranquilidad, menos libertad, menos soledad. Más contacto con la realidad con respecto a la educación (porque no hay mejor padre que aquél que no tiene hijos y da consejos...no tiene ni idea). Para mí es un lazo ABSOLUTAMENTE  indestructible, no digo que sea bueno o mejor, sino indestructible. Y la idea de que ellos, si todo va bien, estarán cuando yo ya no esté. Y luego el nieto, otra vez se multiplican los caminos paralelos. Y ya está. Quizás a alguien se le ocurra algo más para que siga la polémica.

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